sábado, 24 de febrero de 2007

LA INTELIGENCIA MILITAR… SUENA MÁS BIEN… A UN ABSURDO…

¿VIOLENCIA LEGÍTIMA?

Hace muchos años cuando me iniciaba en el trabajo de reportero en el Heraldo de México, asistimos a cubrir una de esas reuniones maratónicas que realizaba el presidente Echeverría, cuando de pronto nos llegó la noticia que la hermana de José López Portillo, entonces candidato único a la presidencia de la República, había sido víctima de un atentado del cual había resultado ilesa.

Todos los reporteros corrimos a esperar la salida de Luís Echeverría para pedirle su opinión y algún comentario sobre el atentado. En lo personal me fui por la retaguardia para acercarme al preciso cuando, sin deberla ni temerla, recibí un par de puñetazos y un empujón que me mandaron al suelo directamente, además de romper mi grabadora.

Volteé a ver al responsable y se trataba del “Júnior”, tremendo cubano de 1.90 de estatura, encargado directo de la custodia personal del presidente. Le grité, le reclamé, me quejé, le enseñé mi gafete de acreditación y sólo alcancé a escuchar una frase: “ni pedo mi hermano… así es esto”.

No había nada que hacer. En la presidencia nadie iba a perder el tiempo en atender un asunto que les parecía tan menor. Don Mauro Jiménez Lazcano, entonces director de difusión y relaciones públicas de la presidencia, ni siquiera envió una pequeña nota que dijera “usted disculpe”.

Pero los días siguieron y las giras continuaron y un domingo en que se iban a inaugurar las nuevas instalaciones del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, todos los compañeros del diario nos dimos a la tarea de hacerle una misma pregunta a todos los asistentes: “¿Qué opina usted de una posible legislación a favor del aborto?”.

Así, con la encomienda asignada, todos empezamos a entrevistar al rector de la UNAM, al secretario de salud, al Director de Obras Públicas y a quien se dejara, obteniendo las más variadas respuestas. Muchos dijeron que sí otros que no, pero ese no era el objetivo final. Teníamos la consigna de hacerle la pregunta al mero preciso a ver que decía.

El Júnior iba a atrás de él todo el tiempo y yo me le pegué como estampilla y le empecé a decir: “Júnior, júnior, ¿te acuerdas del madrazo que me diste?”, “si mi hermano, una disculpa”. Pero había que insistir: “Júnior, te perdono si me dejas pasar a hacerle una pregunta al presidente”. “No se puede mi hermano, está prohibido”, respondía y al menos eso me parecía una buena señal.

Insistí durante más de tres horas hasta que finalmente, cuando Echeverría se subió a su camioneta, el Júnior se hizo a un lado y me dijo: “Vas, pero sólo una pregunta y te bajas”.

Me trepé de un brinco, puse a funcionar la grabadora y le dije: “Señor presidente, ¿usted creé que en base a la idiosincrasia del pueblo mexicano éste permitiría una legislación a favor del aborto?”. Echeverría clavó su mirada en el parabrisas me volteó a ver y me dijo “No”. Gracias, le dije y bajé del vehículo.

El trabajo estaba hecho y volvimos al periódico. Oscar Alarcón, hijo del dueño (Gabriel Alarcón) estaba feliz, Echeverría no le caía bien y la nota apareció a 8 columnas al día siguiente: “No al aborto: Echeverría”, mientras muchos miembros de su gabinete opinaban al revés.

Ese lunes Jiménez Lazcano habló al periódico, se quejó del abuso del reportero que en forma violenta se había subido al vehículo del presidente, de la afrenta hacia la investidura presidencial, pero de los golpes que me habían dado nadie se acordaba. El periódico me felicitó, me dieron una gratificación y entonces entendí un poco más como funciona el sistema político y sus pasillos subterráneos: “el que traga más saliva come más pinole”.

EL ESTADO MAYOR

Relato este asunto porque el Estado Mayor Presidencial (EMP) siempre ha gozado del ejercicio de la violencia legítima contra todo aquel que se le ponga enfrente y hoy, con la llegada de Felipe Calderón y su apoyo a las fuerzas armadas (a quienes ya les autorizó un aumento del 40 por ciento en sus salarios dejando a este sector fuera de su prometido plan de austeridad gubernamental), las cosas no me gustan para nada.

Como escribe el maestro Miguel Ángel Granados Chapa: “Uno de los riesgos de acrecentar fuera de la ley los márgenes de acción de las Fuerzas Armadas queda claramente significado en la existencia misma y en la operación del Estado Mayor Presidencial, cuerpo de elite que parece no sujeto a limitación alguna. Encargados de la seguridad de la casa y de la persona del Ejecutivo y su familia, miembros de ese segmento se constituyen en autoridad suprema respecto de los derechos de las personas”, (Reforma, Plaza Pública, 20/II/07 p.9).

Unos día antes, en Tlaxcala, cuando Calderón asistía a una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), los guardias militares les cerraron el paso a los fotógrafos y camarógrafos acreditados y, en el caso de Luís Castillo, de Reforma, lo tundieron a golpes y lesionaron al grado de mandarlo al hospital.

“El fotógrafo Luís Castillo fue sometido por la espalda y derribado por un efectivo del EMP y luego otro efectivo lo golpeó y pateó en el piso… Un elemento de tez blanca, de pantalón oscuro y camisa clara, pisó la cara del fotógrafo luego de gritarle ‘¡Te estoy diciendo que te vayas!’… Después fue levantado del cinturón y aventado hacia la zona aledaña donde están los portales del centro de Tlaxcala. ‘No que no te ibas’, le espetó el mismo elemento del EMP”. (Reforma, 17/II/07, p.6).

El ataque del EMP puede parecer uno más de los muchos que acostumbran hacer con todo lujo de violencia e impunidad, pero más bien permite entender el tipo de gobernabilidad que está construyendo Calderón para legitimar su debilidad inicial, basada en el uso de la fuerza y la represión selectiva. Si las fuerzas militares de por sí son incontrolables: ¿qué harán cuando les caiga el veinte de que además son hoy los intocables?

Decía mi abuelo que era sabio: “Si fueran inteligentes no serían militares”, por ello es que la famosa “inteligencia militar” me parece que no es más que un oximorón, o sea un absurdo, tan absurdo como decir “un instante eterno”.

LA ANDANADA MILITAR

Recién llegó a la presidencia Felipe Calderón declaró una guerra abierta al crimen organizado enviando miles de elementos militares a varios estados de la república, empezando por Michoacán. Hoy los anuncios oficiales del gobierno federal nos hablan de “los múltiples avances del operativo”: cientos de detenidos, confiscación de armas, muchos kilos de droga incautada, o sea, todo un éxito.

Pese a ello, hace algunas semanas se supo de la detención de un fuerte cargamento de armas largas con miles de cartuchos en la zona de la frontera, los cuales ingresaron por alguna de las aduanas: ¿por cual habrá sido?, ¿quién los dejó pasar?, o a poco, ¿nadie los vio?, lo comento porque en el famoso operativo nada se dice de alguna acción en las aduanas, sitio preferente para ejercer la corrupción institucional.

Las ejecuciones siguen, hace dos días en un enfrentamiento hirieron a un sicario en Michoacán al cual llevaron a un hospital, donde sus enemigos lo remataron. ¿Qué hace el Ejército a este respecto?, no tengo NPI.

LA CUEVA DEL DELFÍN

Feliz día de la bandera… o sea de la bandota.

¡Vientos huracanados!, si no me encuentra el Júnior otra vez nos veremos por acá el próximo sábado...

sábado, 17 de febrero de 2007

A ESCONDERSE… QUE AHÍ VIENE… ¿LA BASURA? NO…DON MARCELO…

DONDE EMPEZÓ LA ESCLAVITUD

“Tequipeuhcan (lugar donde empezó la esclavitud). Aquí fue hecho prisionero el Emperador Cuauhtemotzin la tarde del 13 de agosto de 1521”. Esta leyenda se puede ver escrita en una pequeña placa en un muro de la Iglesia de la Conchita en Tepito, en la esquina de la calle de Constancia y Tenochtitlán.

Nomás como dato histórico, junto con Cuauhtémoc, último señor Mexica, los españoles detuvieron en Tequipeuhcan (Tepito) también a su familia y a los señores de Tacuba y Texcoco y, según las crónicas, lo llevaron ante la presencia de Hernán Cortés y ahí pronunció las siguientes palabras: “Malinche, ya que prisionero vengo a ti toma ese puñal que llevas en el cinto y quítame la vida, ya que no he sabido perderla en defensa de mi pueblo”.

Tepito es sin duda un lugar cuya historia se puede remontar a la fundación misma del Imperio Azteca, pasando de la Conquista a la Revolución y el enorme legado priista que quedó asentado en ese lugar durante el pasado siglo XX, con todas las mañas, corrupciones y abusos propios del hoy ex partidazo.

Allá por finales de los setenta y visitando entonces a un viejo conocido vendedor de fayuca le preguntaba: “Oiga pues aquí tienen de todo, televisiones, ropa importada, equipos modulares, refrigeradores y hasta armas y drogas: ¿Qué es lo que no tienen?”. Y sabiamente me respondió: “Pues lo que no cabe por los puentes fronterizos… aquí todo está protegido por los políticos”.

Tepito es un lugar singular, “no cualquiera se atreve a vivir aquí, hay que tener muchos huevos y saber como está la movida” me comenta “el Pilo”, viejo amigo y colega oriundo de este barrio y ya con tres generaciones que siguen en ese mismo lugar, aferrados a su historia y sus recuerdos y “dispuestos a dar la vida por él”, como afirma enfáticamente, en un territorio cuyas viviendas se deterioraron aún más a partir de 1942, con la promulgación del Decreto de Congelación de Rentas.

Entre 1958 y 1968 se diagnosticó a Tepito como parte de la llamada “herradura de tugurios” cuando, coincidentemente en esas fechas, se publicó el libro clásico del antropólogo Oscar Lewis “Los Hijos de Sánchez”, que provocó los mas airados comentarios de los políticos de ese tiempo sobre la pobreza en nuestro país.

En fin, la historia del barrio da mucho material, pero eso lo dejaremos a los académicos encargados de su estudio. Pese a ello, su historia actual ligada a la reciente “expropiación” (lo escribo entre comillas ya que me parece que este asunto no está del todo definido) que hizo el GDF en una vecindad de 5 mil metros cuadrados en el “barrio bravo”, pondrá sobre la mesa muchas temáticas y discusiones sobre lo que es, lo que debe ser y, sobre todo, lo que puede ser una ciudad como la nuestra.

¡TEPITAZO!

Sin decir ni ¡agua va!, en la madrugada del miércoles pasado, 565 policías llegaron a Tepito, a la vecindad ubicada entre las calles Tenochtitlán 40 y Jesús carranza 33 y “expropiaron” el predio conocido como La Fortaleza, que cuenta, además de otros servicios, con 155 viviendas, dentro de uno de los primeros operativos de este tipo que planea aplicar el GDF en contra del narcomenudeo y la delincuencia organizada, amparados en un decreto de expropiación publicado el mismo día en la gaceta Oficial del D.F. en el que se dice que en estos predios “se construirán instalaciones para dar servicios de educación, salud y una guardería”.

Esta vez no hubo chance de recibir el clásico “pitazo” por parte de los policías coludidos con el hampa y más bien les cayó un auténtico tepitazo y con todo y tiliches se les pidió a los habitantes y dueños reconocidos del lugar (73 según un censo de las autoridades locales) que acrediten su propiedad en un plazo de 72 horas con el fin de pagarles las indemnizaciones correspondientes.

El Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, justificó la medida y dijo que no se trata de una decisión aislada, ya que forma parte de una nueva estrategia para atacar la delincuencia, principalmente el narcomenudeo y que sus acciones se realizarán en dos rubros: primero, proponer una Ley de Extinción de Dominio para quitar la propiedad a quienes vendan o almacenen drogas, iniciativa que se presentará a la Asamblea, para ser enviada luego a la Cámara de Diputados; la segunda será continuar con las expropiaciones de predios, particularmente aquellos que tienen alta actividad delictiva (híjole, a ver si no expropia el Palacio de San Lázaro o la Secretaría de Hacienda).

La reacción de los habitantes del barrio y de sus líderes no se hizo esperar y convocaron de inmediato a una marcha de vecinos y comerciantes para ir a las oficinas del GDF. Pero no todos, ya que hubo varios habitantes de las 155 viviendas expropiadas que se dijeron contentos: “ya que sí es un punto donde se vende y distribuye droga, aunque también hay mucha gente honesta y trabajadora”.

Primera pregunta: ¿cómo le irá a hacer el carnal Marcelo para diferenciar a los “honestos” de los criminales?; segunda: ¿de verdad espera que salgan tranquila y pacíficamente las familias que llevan muchos años radicando en el barrio y que viven del comercio?; tercera: si eso es en una vecindad, ¿qué hará con los demás lugares que tienen alta actividad delictiva?

Si expropiara en el D.F. todas las casas dedicadas al narcomenudeo, al crimen, o a la piratería y pusiera guarderías, nos faltarían niños para poder llenarlas… neta.

EL EFECTO CUCARACHA

Vamos a pensar que hay muchos que aplaudirán la medida y dirán que por fin se da un paso firme para combatir la delincuencia. Pero habrá otros que empezarán a rasgarse las vestiduras y hablarán de “despojo” (como los niños Davós) y enumerarán las leyes que protegen la propiedad privada y las garantías individuales, lo que es cierto y fundamental dentro de un régimen de derecho como al que muchos aspiramos. El reto es justamente ese: aplicar la ley dentro de la ley, pero cerrar filas frente al combate de una realidad tan podrida como la nuestra.

Nomás como dato le comento que la CANACO (Cámara Nacional de Comercio), en voz de su presidente Lorenzo Ysasi, informó que en el 2006 ¡52 mil 322 negocios fueron asaltados!, con un botín de 700 millones de pesos, cifra un poco menor al de las propiedades que tiene el priista don Arturo Montiel.

O sea, el crimen es una cruda realidad de nuestro tiempo.

Los operativos contra el narcomenudeo en la Ciudad ya están en Iztapalapa, Cuauhtémoc, Coyoacán y Magdalena Contreras y tan sólo anteayer se reportaron 13 detenidos, que traerán el famoso “efecto cucaracha”.

La situación es crítica. Ya conocemos “la ciudad que es”, no tenemos el plan para “la ciudad que debe ser” y aunque algunos vean próximo el fin del mundo, muchos sabemos del coraje y los arrestos que se necesitan para que el DeFectuoso sea “lo que puede ser”: una ciudad habitable, digna, segura, limpia que deje en el pasado la Ley de la Selva tipo PRI… ¿vale?

LA CUEVA DEL DELFÍN

Dijo María Rosete, líder de ambulantes de Tepito: “lo que quieren hacer es quitarnos nuestra cultura (¿cuál?), nuestras tradiciones (¿de transas?), nuestra historia (¿de pobreza?) y venderlas al capital…”. Ojo María, si se las compra Slim ay me hablan, le tengo un negociote…

¡Vientos huracanados!, si no me expropian el chante nos veremos por acá el próximo sábado...

sábado, 10 de febrero de 2007

AHORA VA A RESULTAR… QUE CANEK… ERA BOINA VERDE…

APOCALYPTOS E INTEGRADOS

No, el título no está mal escrito, ni se refiere al texto clásico de Humberto Eco “Apocalípticos e Integrados”, publicado en 1965 y que fue el resultado de un estudio sobre la cultura popular y los medios de comunicación, en donde a través de una serie de ensayos se examinaban las diferentes posturas de la sociedad ante la cultura de masas.

Ya todos sabemos y tenemos bien claro lo que es la Caja Idiota y estamos enterados de los manejos que tiene el duopolio TV Azteca-Televisa para seguir viéndonos la cara de what? mientras negocian jugosas concesiones para transmitir la propaganda del IFE, las campañas políticas, los anuncios del gobierno y hasta la operación legal de las casas de apuesta, autorizadas por Santiago Creel, que ya están hoy más que validadas con toda la ley a su favor… Esos son tan solo algunos rasgos sobresalientes sobre nuestra verdadera cultura de masas.

Y sí, ya sabemos también que si para algo les sirve el choro a los políticos es para llenarse la boca con palabras como: Democracia, Transición, o Libertad de Expresión para hacernos creer que estamos avanzando, sin embargo, el cobre (o el escapulario) lo sacan a relucir a la menor provocación.

Tal es el caso de nuestro finísimo señor secretario de Gobernación, don Francisco Ramírez Acuña, quien se empeñó férreamente en que no se pasara en la telera unos videos del PRD, grabados hace más de tres meses en donde se presenta la toma de posesión de AMLO como “presidente legítimo” y que el PRD quería exhibir dentro del tiempo que tiene asignado (pagado con nuestros impuestos, por supuesto).

Esta vez, el secre jalisquillo ya se la peló, chiquita no se la acaba y tuvo que recular la censura que pretendía ejercer desde la RTC con el argumento de que: “Felipe Calderón es el presidente constitucional” para evitar que lo transmitieran.

De que Calderón es el preciso eso ya lo sabemos, el caballerito (como lo llama Hugo Chávez) está en la silla y ya hasta se mandó tomar la foto oficial, pero aunque no quieran tendrán que transmitirlos muy a su pesar... alabado sea el señor.

Pero bueno, de eso no quería hablar y esta introducción fue más bien un exabrupto por el secretario jamayita (que nació en Jamay, Jalisco), quien parece que le está midiendo el agua a los camotes para ver hasta donde puede llegar en su afán apañador, censurador, represor y persecutorio, escudado en su privilegiada posición política.

De lo que quería hablarle es de la película de Mel Gibson “Apocalypto”. ¿Ya la vio?, ¿se durmió?, ¿le gustó?... no lo sé y eso lo dejo a su criterio, pero pese a que la trama es chafa y me parece que no es otra cosa que un clásico churrín, me pareció intuir que hay muchas coincidencias con nuestra vida actual… veamos por que.

LA SÚPER PRODUCCIÓN

Para empezar, la película se desarrolla “en el contexto del mundo Maya” y ha creado en todo el mundo una gran expectación. Dadas las características de filmación y el dinero invertido, no podemos decir más que Apocalypto es realmente una “súper producción gabacha”, con grandes efectos digitales, persecuciones, asesinatos y un personaje central con poderes destinados a salvar el mundo (una especie de Rambo-Canek). O sea es el prototipo perfecto de una película pensada para el mercado gringo.

Dice mi colega Joel Velasco, de la Universidad de Plymouth, Inglaterra: “Hacer una película de una de las grandes culturas nacionales por productores de Hollywood parece ser una gran idea y una enorme oportunidad para mostrar la estupenda y variada riqueza cultural que ofrece México”… pero en este caso, nada de eso aparece.

Para no darle muchas vueltas, Apocalypto es una nueva adaptación igual a todos los thrillers tradicionales del modelo americano. La película trata de un poblador de la selva que es capturado por los buscadores de esclavos del pueblo maya y tiene que escapar para salvar a su familia y, después de “mucha acción”, éste es conducido hacia una de las grandes ciudades para ser vendido o sacrificado frente a los humildes indígenas pobladores del imperio maya… y el final no se lo platico, pero ya puede imaginárselo.

Nunca se menciona ni por descuido el sistema de vida de los Mayas, ni se habla de que en matemáticas fueron los descubridores del cero, ni de su armonía con la naturaleza, ni de su avanzada astronomía, ni de sus códigos capaces de predecir eclipses, equinoccios con más diez mil años de anticipación, ni de su calendario basado en la rotación terrestre y en la luna.

Tampoco se habla de su súbita desaparición (recordemos que los mayas nunca fueron conquistados) y que huyeron y abandonaron las ciudades sin dejar rastro de su partida, abandonos que fueron repentinos en varias ocasiones y en muy diversos puntos geográficos y ya no hablemos de su profecía del 2012, que está pendiente y que, se dice, nos augura una reunión inesperada de todos nosotros (incluyendo a su servibar) con Colosio, Enrique Salinas de Gortari y Fidel Velázquez (que ya hasta tiene una Universidad) y que en pus descansan.

Durante toda la historia se muestra a un pueblo maya salvaje, sediento de sangre (igual que Bush), asesinando por puro placer (igual que Bush). Quizá sea el aspecto de la muerte una de las principales deformaciones de la visión y filosofía Maya que realiza Mel Gibson.

Para los mayas la muerte era la transformación y los sacrificios se preparaban con un gran cuidado para que, los sacrificados, pudieran entrar “al viaje final”. El mejor ejemplo de ello es el “Juego de Pelota”, en donde la partida se jugaba durante 3 ó 4 días y el ganador era sacrificado (Hugo Sánchez hubiera sido sobreviviente como entrenador). El sacrificio para los mayas era una cuestión de honor, valentía y entrega… no como otros.

En Apocalypto, los sacrificios se realizan en un juego, en la parte alta de las pirámides y en la parte baja toda la población grita como changa enjaulada esperando la caída de los cuerpos sin cabeza y sin corazón. Y hay mucho más: las capturas de los guerreros, las batallas, los cementerios… que no tienen nada que ver con lo que fue la cultura Maya original.

En fin, el fiscal no hará más preguntas… es un churrito y punto.

LOS INTEGRADOS

Ah, pero están los integrados, que son los diputados de la Asamblea que de ganar sus modestos 65 mil pesos mensuales, se las ingeniaron para recibir mensualmente ¡383 mil pesos cada angelito!, bajo el pretexto de contar con apoyos a grupos parlamentarios, la operación de sus módulos ciudadanos (¿usted los ha visto?), los apoyos parlamentarios y el importantísimo programa: “Ciudad de Leyes”, que sólo ellos conocen.

Sus sacrificios son distintos, pasan sus cabezas y su corazón de un partido a otro con la mayor desfachatez, se ligan a diversas “coaliciones” sólo para seguir mamando de la ubre presupuestal y quedan benditos para seguir al más allá…

Mel Gibson debería hacer un Apocalypto con nuestros “políticos integrados” que de seguro están preparando la futura debacle del país en el 2012… ese sí sería un exitazo en la pantalla...

LA CUEVA DEL DELFÍN

SI el Mel hace una nueva versión de “Papillón”, propongo al Tío Pelucas como actor principal... le gusta clavarse los recados… ¡bamba!

¡Vientos huracanados, si no me avientan a un “senote” nos veremos por acá el próximo sábado...

sábado, 3 de febrero de 2007

DEL PRD… ME GUSTAN… ME GUSTAN… ¿ME GUSTAN?…

EL METRO: LA MISMA VIEJA CANCIÓN

Fíjese nomás, lo que son las cosas, caras vemos y funcionarios no sabemos. En esta semana los chavos del Circo Volador, tuvieron que realizar un pequeño trámite, ante las actuales HHH autoridades del Sistema de Transporte Colectivo “Metro” y el resultado me trajo a la memoria la rola de Jaime López: “La misma vieja canción”.

Se trata de lo siguiente: Como usted sabe, Circo Volador es un proyecto que surge del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM hace nada más que 18 años y se transforma con el tiempo en lo que hoy es: una Organización de la Sociedad Civil, sin fines de lucro, para apoyar a los jóvenes más desfavorecidos de la ciudad. Y, como todos los años, en el 2007 está organizando su tradicional concurso de Jóvenes Artistas “Culto Joven”, este año con premios en las áreas de: Dibujo y Pintura, Cortometraje y, Fotografía.

Los temas son por demás sugerentes. En el dibujo, la temática de los trabajos girará alrededor del “Cuerpo: identidad o trasgresión”. En el Cortometraje el tema a desarrollar será el de “Corrupción” (que sigue abundando); y en la Fotografía se hablará de “Lo blanco y lo negro de tu ciudad” (pobreza-riqueza, soledad-amistad, hambre-abundancia, ruido-silencio, no-sí, izquierda-derecha, etc.).

La convocatoria es abierta y gratuita para que participen jóvenes de entre los 15 y los 29 años, no profesionales, con obras no publicadas o premiadas y podrán entregar sus trabajos entre el 15 de febrero y el 9 de marzo del 2007, para lo cual hicieron un cartel para invitar a la población joven en general.

Hasta ahí vamos bien, este no es el primer año en que Circo Volador tiene un convenio con el Metro para poder pegar en sus pizarrones algunos carteles de invitación a sus actividades. Sin embrago, hoy, bajo la Dirección General de Don Francisco Bojórquez Hernández, actual ocupante del cargo, estas cosas sencillas y cotidianas quizá no están afinadas como se debería.

Dice el director de Circo Volador, Víctor Trejo: “Para nosotros es importante anunciarnos en el Metro, porque es el transporte público más importante de la ciudad, y en él, millones de gentes transitan por sus pasillos, los jóvenes pobres que son nuestro objetivo están ahí… O sea, los carteles en el Metro son casi igual que si hicieras un anuncio de televisión, pero sin necesidad de pagar muchos millones de pesos que no tenemos”.

Pero no, hoy “las cosas ya cambiaron” y, todo parece indicar, que en el Metro regresamos al pasado, a las largas esperas con cientos de “horas nalga” invertidas para sentarnos en las eternas antesalas públicas a esperar el despertar de alguno de los funcionarios para que, además de que se dignen escucharnos, entiendan de lo que se trata la pequeña solicitud: “ponerle el sello del metro a los carteles y autorizar que se peguen en algunos de los miles de pizarrones que tienen en sus andenes para ofrecer este tipo de anuncios”.

La sociedad trabaja… pero algunos funcionarios parece que no.

DE FOTÓGRAFO A PANISTA

El problema se dio en la Subdirección General Jurídica y de Seguridad Institucional, en donde está al frente, la licenciada Martha Ofelia Zamarripa Rivas, jefa del licenciado don Francisco de Souza Mayo, “Gerente de Atención al Usuario”, quien es fotógrafo, ex diputado perredista, ex delegado (panista) en Cuajimalpa y hoy flamante jefe de esta área pública quien quizá tampoco esté enterado de lo que pasa en su oficina, pero que por su propio cargo debería saberlo… o, ¿qué no todos somos usuarios y merecemos atención?

Dicen en su oficina: “Disculpe, el licenciado Souza no se encuentra y estará fuera todo el día, llame pasado mañana a las seis de la tarde”… “Lo siento mucho, el licenciado está en una reunión de trabajo y no lo puedo interrumpir”… “Ay, que mala suerte tiene, el licenciado acaba de salir a un recorrido y no regresa hasta pasado mañana… mejor llame después”.

Nadie pide datos, nadie ofrece una comunicación posterior, nadie resuelve y, lo que es peor, nadie soluciona nada.

Con el licenciado Souza se presentó el oficio que (por costumbre) se ha hecho en otras numerosas ocasiones, solicitando el sello de registro y el permiso para pegar la propaganda, pero las viejas inercias volvieron a aparecer en voz de sus secretarias, ayudantes y adjuntos en las oficinas mencionadas:

“No joven, pos’ esto no procede, no es posible. Si no es anuncio oficial del gobierno no tiene cabida” (y los de Telmex qué pululan, ¿son oficiales?, digo, es pregunta); “Mire el metro no puede dar ninguna facilidad si no tiene la firma del responsable” (¿?); “O sea, para que le quede claro, aquí la sociedad civil o es del gobierno o no es (sic), porque aquí la sociedad civil, si no aparece con el logotipo del gobierno, pus nomás no puede pasar”. ¿Sabrán los responsables de las oficinas lo que pasa en los pasillos subterráneos del Metro?

Hay historia y convenios anteriores y pregunto: ¿Dónde quedan los acuerdos previos?, ¿perdieron vigencia?, ¿porqué?, ¿y la historia del proyecto?, ¿y sus alcances?, ¿y el premio que le dió la ONU como una de las mejores 12 Prácticas Sociales de todo el Mundo en el 2004?... eso parece que a nadie le importa.

Y eso que sólo se trata de ¡pegar unos carteles! con una convocatoria gratuita para la población abierta y dirigida a los jóvenes de escasos recursos que viajan en metro y que podrían con ella, quizá, dar a conocer sus trabajos y sus sueños dentro de una convocatoria incluyente, democrática, sin fines partidistas, organizada por un grupo de la sociedad civil.

Por ello me parece curioso el slogan que tiene el metro en su página web: “Encárgate de entrar a la modernidad”. Si esta es su modernidad, ya podemos evaluar lo que han sido sus épocas prehistóricas. La misma vieja canción.

EN LA MISMA CIUDAD… Y CON LA MISMA GENTE

Nomás para cerrar, una de las empleadas del Metro, al preguntarle porqué era tan complicado volver a realizar un trámite tan sencillo y que, sobre todo, tenía ya antecedentes en sus archivos respondió así: “es que ya no es la misma gente…”

Y claro, todos sabemos que en esta bendita democracia cada tres años cambian funcionarios en las delegaciones y cada seis en el gobierno de la ciudad y en todas las dependencias públicas federales, pero también sabemos de las artimañas de todos los políticos y funcionarios para irse reciclando con el partido y con el son que les abra las puertas del presupuesto, o sea, son casi siempre los mismos. No culpo a los funcionarios en turno, pero hay un trabajo inmenso que hacer con las infanterías.

¿En donde está la mentada modernidad?, ¿porqué el desorden eterno en las filas burocráticas?, ¿cuánto tiempo más tendremos que seguir soportando la ineficiencia del sector público y pagándole sus viajes, sus comidas, su ropa y hasta sus regalos navideños como a los Consejeros del IFE?

Todo este asunto me parece ínfimo en comparación con los verdaderos problemas de la ciudad, pero si esta es la posición de la burocracia en algo sin importancia, ya podemos imaginarnos lo que será en las cosas gruesas… o ¿me equivoco?

LA CUEVA DEL DELFÍN

La Modernidad del metro más bien parece “Desmothernidad”… neta.

¡Vientos huracanados!, si no me mandan a vigilar la estación Indios Verdes nos veremos por acá el próximo sábado...