sábado, 17 de febrero de 2007

A ESCONDERSE… QUE AHÍ VIENE… ¿LA BASURA? NO…DON MARCELO…

DONDE EMPEZÓ LA ESCLAVITUD

“Tequipeuhcan (lugar donde empezó la esclavitud). Aquí fue hecho prisionero el Emperador Cuauhtemotzin la tarde del 13 de agosto de 1521”. Esta leyenda se puede ver escrita en una pequeña placa en un muro de la Iglesia de la Conchita en Tepito, en la esquina de la calle de Constancia y Tenochtitlán.

Nomás como dato histórico, junto con Cuauhtémoc, último señor Mexica, los españoles detuvieron en Tequipeuhcan (Tepito) también a su familia y a los señores de Tacuba y Texcoco y, según las crónicas, lo llevaron ante la presencia de Hernán Cortés y ahí pronunció las siguientes palabras: “Malinche, ya que prisionero vengo a ti toma ese puñal que llevas en el cinto y quítame la vida, ya que no he sabido perderla en defensa de mi pueblo”.

Tepito es sin duda un lugar cuya historia se puede remontar a la fundación misma del Imperio Azteca, pasando de la Conquista a la Revolución y el enorme legado priista que quedó asentado en ese lugar durante el pasado siglo XX, con todas las mañas, corrupciones y abusos propios del hoy ex partidazo.

Allá por finales de los setenta y visitando entonces a un viejo conocido vendedor de fayuca le preguntaba: “Oiga pues aquí tienen de todo, televisiones, ropa importada, equipos modulares, refrigeradores y hasta armas y drogas: ¿Qué es lo que no tienen?”. Y sabiamente me respondió: “Pues lo que no cabe por los puentes fronterizos… aquí todo está protegido por los políticos”.

Tepito es un lugar singular, “no cualquiera se atreve a vivir aquí, hay que tener muchos huevos y saber como está la movida” me comenta “el Pilo”, viejo amigo y colega oriundo de este barrio y ya con tres generaciones que siguen en ese mismo lugar, aferrados a su historia y sus recuerdos y “dispuestos a dar la vida por él”, como afirma enfáticamente, en un territorio cuyas viviendas se deterioraron aún más a partir de 1942, con la promulgación del Decreto de Congelación de Rentas.

Entre 1958 y 1968 se diagnosticó a Tepito como parte de la llamada “herradura de tugurios” cuando, coincidentemente en esas fechas, se publicó el libro clásico del antropólogo Oscar Lewis “Los Hijos de Sánchez”, que provocó los mas airados comentarios de los políticos de ese tiempo sobre la pobreza en nuestro país.

En fin, la historia del barrio da mucho material, pero eso lo dejaremos a los académicos encargados de su estudio. Pese a ello, su historia actual ligada a la reciente “expropiación” (lo escribo entre comillas ya que me parece que este asunto no está del todo definido) que hizo el GDF en una vecindad de 5 mil metros cuadrados en el “barrio bravo”, pondrá sobre la mesa muchas temáticas y discusiones sobre lo que es, lo que debe ser y, sobre todo, lo que puede ser una ciudad como la nuestra.

¡TEPITAZO!

Sin decir ni ¡agua va!, en la madrugada del miércoles pasado, 565 policías llegaron a Tepito, a la vecindad ubicada entre las calles Tenochtitlán 40 y Jesús carranza 33 y “expropiaron” el predio conocido como La Fortaleza, que cuenta, además de otros servicios, con 155 viviendas, dentro de uno de los primeros operativos de este tipo que planea aplicar el GDF en contra del narcomenudeo y la delincuencia organizada, amparados en un decreto de expropiación publicado el mismo día en la gaceta Oficial del D.F. en el que se dice que en estos predios “se construirán instalaciones para dar servicios de educación, salud y una guardería”.

Esta vez no hubo chance de recibir el clásico “pitazo” por parte de los policías coludidos con el hampa y más bien les cayó un auténtico tepitazo y con todo y tiliches se les pidió a los habitantes y dueños reconocidos del lugar (73 según un censo de las autoridades locales) que acrediten su propiedad en un plazo de 72 horas con el fin de pagarles las indemnizaciones correspondientes.

El Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, justificó la medida y dijo que no se trata de una decisión aislada, ya que forma parte de una nueva estrategia para atacar la delincuencia, principalmente el narcomenudeo y que sus acciones se realizarán en dos rubros: primero, proponer una Ley de Extinción de Dominio para quitar la propiedad a quienes vendan o almacenen drogas, iniciativa que se presentará a la Asamblea, para ser enviada luego a la Cámara de Diputados; la segunda será continuar con las expropiaciones de predios, particularmente aquellos que tienen alta actividad delictiva (híjole, a ver si no expropia el Palacio de San Lázaro o la Secretaría de Hacienda).

La reacción de los habitantes del barrio y de sus líderes no se hizo esperar y convocaron de inmediato a una marcha de vecinos y comerciantes para ir a las oficinas del GDF. Pero no todos, ya que hubo varios habitantes de las 155 viviendas expropiadas que se dijeron contentos: “ya que sí es un punto donde se vende y distribuye droga, aunque también hay mucha gente honesta y trabajadora”.

Primera pregunta: ¿cómo le irá a hacer el carnal Marcelo para diferenciar a los “honestos” de los criminales?; segunda: ¿de verdad espera que salgan tranquila y pacíficamente las familias que llevan muchos años radicando en el barrio y que viven del comercio?; tercera: si eso es en una vecindad, ¿qué hará con los demás lugares que tienen alta actividad delictiva?

Si expropiara en el D.F. todas las casas dedicadas al narcomenudeo, al crimen, o a la piratería y pusiera guarderías, nos faltarían niños para poder llenarlas… neta.

EL EFECTO CUCARACHA

Vamos a pensar que hay muchos que aplaudirán la medida y dirán que por fin se da un paso firme para combatir la delincuencia. Pero habrá otros que empezarán a rasgarse las vestiduras y hablarán de “despojo” (como los niños Davós) y enumerarán las leyes que protegen la propiedad privada y las garantías individuales, lo que es cierto y fundamental dentro de un régimen de derecho como al que muchos aspiramos. El reto es justamente ese: aplicar la ley dentro de la ley, pero cerrar filas frente al combate de una realidad tan podrida como la nuestra.

Nomás como dato le comento que la CANACO (Cámara Nacional de Comercio), en voz de su presidente Lorenzo Ysasi, informó que en el 2006 ¡52 mil 322 negocios fueron asaltados!, con un botín de 700 millones de pesos, cifra un poco menor al de las propiedades que tiene el priista don Arturo Montiel.

O sea, el crimen es una cruda realidad de nuestro tiempo.

Los operativos contra el narcomenudeo en la Ciudad ya están en Iztapalapa, Cuauhtémoc, Coyoacán y Magdalena Contreras y tan sólo anteayer se reportaron 13 detenidos, que traerán el famoso “efecto cucaracha”.

La situación es crítica. Ya conocemos “la ciudad que es”, no tenemos el plan para “la ciudad que debe ser” y aunque algunos vean próximo el fin del mundo, muchos sabemos del coraje y los arrestos que se necesitan para que el DeFectuoso sea “lo que puede ser”: una ciudad habitable, digna, segura, limpia que deje en el pasado la Ley de la Selva tipo PRI… ¿vale?

LA CUEVA DEL DELFÍN

Dijo María Rosete, líder de ambulantes de Tepito: “lo que quieren hacer es quitarnos nuestra cultura (¿cuál?), nuestras tradiciones (¿de transas?), nuestra historia (¿de pobreza?) y venderlas al capital…”. Ojo María, si se las compra Slim ay me hablan, le tengo un negociote…

¡Vientos huracanados!, si no me expropian el chante nos veremos por acá el próximo sábado...

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