sábado, 24 de febrero de 2007

LA INTELIGENCIA MILITAR… SUENA MÁS BIEN… A UN ABSURDO…

¿VIOLENCIA LEGÍTIMA?

Hace muchos años cuando me iniciaba en el trabajo de reportero en el Heraldo de México, asistimos a cubrir una de esas reuniones maratónicas que realizaba el presidente Echeverría, cuando de pronto nos llegó la noticia que la hermana de José López Portillo, entonces candidato único a la presidencia de la República, había sido víctima de un atentado del cual había resultado ilesa.

Todos los reporteros corrimos a esperar la salida de Luís Echeverría para pedirle su opinión y algún comentario sobre el atentado. En lo personal me fui por la retaguardia para acercarme al preciso cuando, sin deberla ni temerla, recibí un par de puñetazos y un empujón que me mandaron al suelo directamente, además de romper mi grabadora.

Volteé a ver al responsable y se trataba del “Júnior”, tremendo cubano de 1.90 de estatura, encargado directo de la custodia personal del presidente. Le grité, le reclamé, me quejé, le enseñé mi gafete de acreditación y sólo alcancé a escuchar una frase: “ni pedo mi hermano… así es esto”.

No había nada que hacer. En la presidencia nadie iba a perder el tiempo en atender un asunto que les parecía tan menor. Don Mauro Jiménez Lazcano, entonces director de difusión y relaciones públicas de la presidencia, ni siquiera envió una pequeña nota que dijera “usted disculpe”.

Pero los días siguieron y las giras continuaron y un domingo en que se iban a inaugurar las nuevas instalaciones del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, todos los compañeros del diario nos dimos a la tarea de hacerle una misma pregunta a todos los asistentes: “¿Qué opina usted de una posible legislación a favor del aborto?”.

Así, con la encomienda asignada, todos empezamos a entrevistar al rector de la UNAM, al secretario de salud, al Director de Obras Públicas y a quien se dejara, obteniendo las más variadas respuestas. Muchos dijeron que sí otros que no, pero ese no era el objetivo final. Teníamos la consigna de hacerle la pregunta al mero preciso a ver que decía.

El Júnior iba a atrás de él todo el tiempo y yo me le pegué como estampilla y le empecé a decir: “Júnior, júnior, ¿te acuerdas del madrazo que me diste?”, “si mi hermano, una disculpa”. Pero había que insistir: “Júnior, te perdono si me dejas pasar a hacerle una pregunta al presidente”. “No se puede mi hermano, está prohibido”, respondía y al menos eso me parecía una buena señal.

Insistí durante más de tres horas hasta que finalmente, cuando Echeverría se subió a su camioneta, el Júnior se hizo a un lado y me dijo: “Vas, pero sólo una pregunta y te bajas”.

Me trepé de un brinco, puse a funcionar la grabadora y le dije: “Señor presidente, ¿usted creé que en base a la idiosincrasia del pueblo mexicano éste permitiría una legislación a favor del aborto?”. Echeverría clavó su mirada en el parabrisas me volteó a ver y me dijo “No”. Gracias, le dije y bajé del vehículo.

El trabajo estaba hecho y volvimos al periódico. Oscar Alarcón, hijo del dueño (Gabriel Alarcón) estaba feliz, Echeverría no le caía bien y la nota apareció a 8 columnas al día siguiente: “No al aborto: Echeverría”, mientras muchos miembros de su gabinete opinaban al revés.

Ese lunes Jiménez Lazcano habló al periódico, se quejó del abuso del reportero que en forma violenta se había subido al vehículo del presidente, de la afrenta hacia la investidura presidencial, pero de los golpes que me habían dado nadie se acordaba. El periódico me felicitó, me dieron una gratificación y entonces entendí un poco más como funciona el sistema político y sus pasillos subterráneos: “el que traga más saliva come más pinole”.

EL ESTADO MAYOR

Relato este asunto porque el Estado Mayor Presidencial (EMP) siempre ha gozado del ejercicio de la violencia legítima contra todo aquel que se le ponga enfrente y hoy, con la llegada de Felipe Calderón y su apoyo a las fuerzas armadas (a quienes ya les autorizó un aumento del 40 por ciento en sus salarios dejando a este sector fuera de su prometido plan de austeridad gubernamental), las cosas no me gustan para nada.

Como escribe el maestro Miguel Ángel Granados Chapa: “Uno de los riesgos de acrecentar fuera de la ley los márgenes de acción de las Fuerzas Armadas queda claramente significado en la existencia misma y en la operación del Estado Mayor Presidencial, cuerpo de elite que parece no sujeto a limitación alguna. Encargados de la seguridad de la casa y de la persona del Ejecutivo y su familia, miembros de ese segmento se constituyen en autoridad suprema respecto de los derechos de las personas”, (Reforma, Plaza Pública, 20/II/07 p.9).

Unos día antes, en Tlaxcala, cuando Calderón asistía a una reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), los guardias militares les cerraron el paso a los fotógrafos y camarógrafos acreditados y, en el caso de Luís Castillo, de Reforma, lo tundieron a golpes y lesionaron al grado de mandarlo al hospital.

“El fotógrafo Luís Castillo fue sometido por la espalda y derribado por un efectivo del EMP y luego otro efectivo lo golpeó y pateó en el piso… Un elemento de tez blanca, de pantalón oscuro y camisa clara, pisó la cara del fotógrafo luego de gritarle ‘¡Te estoy diciendo que te vayas!’… Después fue levantado del cinturón y aventado hacia la zona aledaña donde están los portales del centro de Tlaxcala. ‘No que no te ibas’, le espetó el mismo elemento del EMP”. (Reforma, 17/II/07, p.6).

El ataque del EMP puede parecer uno más de los muchos que acostumbran hacer con todo lujo de violencia e impunidad, pero más bien permite entender el tipo de gobernabilidad que está construyendo Calderón para legitimar su debilidad inicial, basada en el uso de la fuerza y la represión selectiva. Si las fuerzas militares de por sí son incontrolables: ¿qué harán cuando les caiga el veinte de que además son hoy los intocables?

Decía mi abuelo que era sabio: “Si fueran inteligentes no serían militares”, por ello es que la famosa “inteligencia militar” me parece que no es más que un oximorón, o sea un absurdo, tan absurdo como decir “un instante eterno”.

LA ANDANADA MILITAR

Recién llegó a la presidencia Felipe Calderón declaró una guerra abierta al crimen organizado enviando miles de elementos militares a varios estados de la república, empezando por Michoacán. Hoy los anuncios oficiales del gobierno federal nos hablan de “los múltiples avances del operativo”: cientos de detenidos, confiscación de armas, muchos kilos de droga incautada, o sea, todo un éxito.

Pese a ello, hace algunas semanas se supo de la detención de un fuerte cargamento de armas largas con miles de cartuchos en la zona de la frontera, los cuales ingresaron por alguna de las aduanas: ¿por cual habrá sido?, ¿quién los dejó pasar?, o a poco, ¿nadie los vio?, lo comento porque en el famoso operativo nada se dice de alguna acción en las aduanas, sitio preferente para ejercer la corrupción institucional.

Las ejecuciones siguen, hace dos días en un enfrentamiento hirieron a un sicario en Michoacán al cual llevaron a un hospital, donde sus enemigos lo remataron. ¿Qué hace el Ejército a este respecto?, no tengo NPI.

LA CUEVA DEL DELFÍN

Feliz día de la bandera… o sea de la bandota.

¡Vientos huracanados!, si no me encuentra el Júnior otra vez nos veremos por acá el próximo sábado...

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